
Acuerdo histórico sobre los recursos minerales del océano
Después de casi diez años de intensas negociaciones, 168 países han aprobado un tratado innovador que regula la minería en aguas internacionales. El acuerdo, finalizado durante la 30ª sesión de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA) en Kingston, Jamaica, establece un marco para equilibrar la extracción de minerales y la protección del medio ambiente en los ecosistemas menos explorados del mundo.
Camino hacia la regulación
El tratado exige informes de impacto ambiental antes de que puedan comenzar las actividades mineras. Las empresas mineras deben presentar planes detallados que demuestren cómo evitarán daños a fuentes hidrotermales, montañas submarinas y campos de nódulos con biodiversidad única. "Este es el acuerdo oceánico más importante desde la CONVEMAR", declaró la secretaria general de la ISA, Leticia Carvalho, durante la ceremonia de clausura.
Disposiciones clave y aplicación
El acuerdo crea áreas protegidas que cubren el 30% de la Zona Clarion-Clipperton, donde se encuentran la mayoría de los nódulos polimetálicos. Un organismo de supervisión independiente realizará inspecciones sin previo aviso, con multas y revocación de permisos en caso de infracciones. El reparto de ingresos exige que los operadores aporten el 7.5% de sus beneficios a fondos de protección marítima y programas de transferencia de tecnología.
Avance científico influye en la política
El momento coincide con investigaciones innovadoras sobre la producción de "oxígeno oscuro" alrededor de los nódulos minerales. "Este descubrimiento de vida quimiosintética cambia nuestra comprensión de los ecosistemas de aguas profundas", explicó la bióloga marina Dra. Evelyn Torres. La investigación influyó directamente en las estrictas medidas de protección del hábitat incluidas en el tratado.
Reacciones de la industria y los ambientalistas
Aunque empresas mineras como The Metals Company son cautelosamente optimistas sobre la claridad regulatoria, los grupos ambientalistas siguen divididos. Greenpeace califica el tratado como "un primer paso crucial" pero sigue abogando por una moratoria total. Los fabricantes de vehículos eléctricos, por su parte, celebran la extracción ética de cobalto y níquel, esenciales para las baterías.
El tratado entrará en vigor en enero de 2026, con las primeras actividades comerciales previstas en la Zona Clarion-Clipperton para finales de 2027. Los contratos de exploración existentes deben cumplir con las nuevas normas ambientales en un plazo de 18 meses.