Líder de la UE advierte a EE.UU. contra injerencia en política europea

Presidente del Consejo Europeo responde con firmeza a la estrategia de seguridad estadounidense

El Presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa, ha emitido una clara advertencia a los Estados Unidos, instando a Washington a no inmiscuirse en los asuntos políticos europeos. El líder portugués reacciona a la recién publicada Estrategia de Seguridad Nacional del gobierno de Trump, que ha recibido duras críticas de las capitales europeas por describir a la Unión Europea como una potencia en declive que se enfrenta a la 'extinción de la civilización'.

Un desafío directo a Washington

En una declaración contundente, Costa afirmó: 'No podemos aceptar esta amenaza de injerencia en nuestra vida política.' El Presidente del Consejo Europeo respondió específicamente a partes del documento estadounidense de 33 páginas que describe las actividades de la UE como 'uno de los grandes problemas a los que se enfrenta Europa ahora' y acusa a la unión de socavar la libertad política, restringir la libertad de expresión y ejercer la censura.

Costa, que asumió la presidencia del Consejo Europeo en diciembre de 2024 tras casi una década como primer ministro de Portugal, subrayó el compromiso de Europa con los principios democráticos. 'Nuestra historia nos ha enseñado que no hay libertad de expresión sin libertad de información,' declaró. 'Y no habrá libertad de expresión si se sacrifica la libertad informativa de los ciudadanos para defender a los oligarcas tecnológicos en Estados Unidos.'

El controvertido documento estratégico estadounidense

La Estrategia de Seguridad Nacional del gobierno de Trump, publicada a principios de diciembre de 2025, representa una desviación significativa de los enfoques anteriores de la política exterior estadounidense. Según un análisis de NPR, el documento acusa a los países europeos de 'extinción de la civilización' debido a sus políticas de inmigración, la caída de las tasas de natalidad y la supresión de la libertad de expresión. Cuestiona la fiabilidad a largo plazo de Europa como socio estadounidense y sugiere que EE.UU. podría retirar su paraguas de seguridad sobre el continente.

Quizás lo más controvertido de la estrategia es su apoyo a los partidos populistas de derecha en Europa mientras se critica a la propia Unión Europea. El documento afirma que 'la creciente influencia de los partidos patrióticos europeos es una fuente de gran optimismo', una postura que los líderes europeos ven como una injerencia directa en sus procesos democráticos.

Tensiones transatlánticas más amplias

La controversia sobre la estrategia de seguridad se produce en medio de crecientes tensiones entre Washington y Bruselas en múltiples frentes. Costa se refirió específicamente a la reciente indignación en EE.UU. después de que la Comisión Europea impusiera una multa de 120 millones de euros a X (antes Twitter) por sus controvertidas 'marcas de verificación azul'. Funcionarios estadounidenses, incluidos el vicepresidente Vance y el secretario de Estado Rubio, calificaron la multa como 'un ataque a las empresas estadounidenses'.

'Si somos aliados, también debemos comportarnos como aliados,' subrayó Costa. 'No amenazan con interferir en la vida democrática o en las elecciones políticas internas de otros aliados.' El líder europeo señaló que, aunque Europa todavía se menciona como aliada en la estrategia estadounidense, la relación claramente ha cambiado desde el período posterior a la Segunda Guerra Mundial.

La bienvenida de Rusia y las preocupaciones europeas

Añadiendo a las preocupaciones europeas, la estrategia estadounidense fue recibida con agrado en Moscú. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo que el documento 'coincide en gran medida con nuestra visión'. Costa reconoció esta coincidencia y señaló: 'Si leemos atentamente la sección sobre Ucrania, podemos entender por qué Moscú comparte esta visión.'

El Presidente del Consejo Europeo expresó una preocupación particular sobre el enfoque de la estrategia para poner fin a la guerra en Ucrania. 'El objetivo de esta estrategia no es una paz justa y sostenible,' dijo. 'Se trata solo de poner fin a las hostilidades y estabilizar las relaciones con Rusia.' Costa añadió que, aunque todos quieren relaciones estables con Rusia, 'no podemos tener relaciones estables con Rusia mientras Rusia siga siendo una amenaza para nuestra seguridad.'

Diferencias fundamentales en la visión del mundo

Costa subrayó lo que él ve como diferencias filosóficas fundamentales entre los enfoques europeo y estadounidense. 'Estados Unidos ya no cree en la cooperación internacional (multilateralismo) y en un orden mundial basado en reglas,' declaró. 'También niegan que exista un cambio climático. Nosotros tenemos una visión diferente del mundo.'

Otros líderes europeos se han unido a Costa en la crítica a la estrategia estadounidense. Funcionarios del gobierno alemán han descrito algunas críticas como 'ideología en lugar de estrategia' y expresaron su desacuerdo con el fracaso del documento en clasificar a Rusia como una amenaza. Como informó Al Jazeera, los líderes europeos están cada vez más preocupados por las cambiantes prioridades de Washington y lo que ven como un abandono de los valores democráticos compartidos.

Mirando hacia adelante: autonomía estratégica europea

La controversia ha reavivado los debates sobre la autonomía estratégica europea, el concepto de que Europa debe desarrollar sus propias capacidades de defensa independientemente de Estados Unidos. La firme postura de Costa refleja un sentimiento creciente entre los líderes europeos de que el continente debe afirmar su soberanía con más fuerza en los asuntos internacionales.

Como lo expresó el Presidente del Consejo Europeo: 'Estados Unidos no puede decidir por los ciudadanos europeos qué partidos son buenos y cuáles son malos.' Esta declaración resume la esencia de la actual división transatlántica: un desacuerdo fundamental sobre la soberanía, los procesos democráticos y el futuro de la alianza occidental en un mundo cada vez más multipolar.

Los próximos meses pondrán a prueba si este enfrentamiento diplomático conduce a una ruptura permanente o si ambas partes pueden encontrar un terreno común en cuestiones que van desde Ucrania hasta el cambio climático y la regulación digital. Lo que está claro es que la relación transatlántica tradicional, forjada tras la Segunda Guerra Mundial, está experimentando la transformación más significativa en décadas.