Un avión de transporte militar ruso Antonov An-22, el turbohélice más grande del mundo, se estrelló durante un vuelo de prueba en la región de Ivanovo, falleciendo sus 7 ocupantes. El avión, programado para retirarse en 2024, marca el fin de una era en la aviación.
El turbohélice más grande del mundo se estrella en vuelo de prueba
Un avión de transporte militar ruso Antonov An-22, el avión de turbohélice más grande del mundo, se estrelló el 9 de diciembre de 2025 durante un vuelo de prueba, matando a las siete personas a bordo. La aeronave se precipitó en el embalse de Oevod en la región de Ivanovo, aproximadamente 200 kilómetros al noreste de Moscú, durante lo que debía ser un vuelo de evaluación rutinario tras reparaciones.
El vuelo fatal
El desafortunado avión, con matrícula RF-08832, era operado por la Aviación de Transporte Militar de la Fuerza Aérea Rusa y realizaba un vuelo de prueba tras trabajos de mantenimiento. Según informes de seguridad aérea, el accidente ocurrió alrededor de las 11:00 hora local mientras el avión viajaba desde el Aeropuerto Tver-Migalovo de regreso a la misma base. 'La aeronave quedó completamente destruida en el incidente,' declaró un informe oficial del Ministerio de Defensa ruso.
Los equipos de búsqueda y rescate encontraron rápidamente restos flotando en el embalse, pero no hubo supervivientes. Las víctimas incluían cinco miembros de la tripulación y dos pasajeros, todos fallecidos en lo que los expertos en aviación probablemente calificarán como el fin del servicio operativo para este tipo de avión obsoleto.
Fin de una leyenda de la aviación
El Antonov An-22 'Antei' (nombre en clave de la OTAN 'Cock') es un avión de transporte militar pesado diseñado por la Oficina de Diseño Antonov en la Unión Soviética. Mostrado por primera vez al público en el Salón Aeronáutico de París de 1965, este avión tiene el distintivo de ser el avión de turbohélice más grande del mundo. Con su enorme envergadura de 64 metros y cuatro pares de hélices contrarrotativas, el An-22 fue una verdadera maravilla técnica de su época.
'Este avión era un símbolo de la ingeniería soviética y permaneció como el turbohélice más grande del mundo durante casi seis décadas,' señaló el historiador de la aviación Mark Richardson. 'Su pérdida marca el fin de una era en la aviación militar.'
Una flota obsoleta bajo presión
Este accidente subraya los desafíos que enfrenta la flota de transporte militar rusa. El An-22 estaba programado para su retiro en 2024, pero permaneció en servicio debido a las exigencias de las operaciones militares rusas. Solo tres de estos aviones estaban operativos antes de este accidente, y los expertos sugieren que este incidente probablemente acelerará su retirada completa del servicio.
La avanzada edad del avión -más de 50 años desde su introducción- plantea interrogantes sobre la sostenibilidad de mantener material tan antiguo. 'La flota de transporte rusa está bajo una presión considerable por las exigencias de la guerra, lo que obliga al uso continuado de aviones obsoletos como el An-22 a pesar del desgaste tecnológico,' informaron analistas aeroespaciales.
Investigación en curso
Las autoridades rusas han lanzado una investigación exhaustiva sobre el accidente. La comisión de las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia ha sido enviada al lugar del siniestro para examinar los restos y determinar la causa. Los primeros informes de los medios rusos sugieren que un fallo técnico podría ser el culpable, aunque aún se esperan los hallazgos oficiales.
'Los investigadores evaluarán el historial de mantenimiento reciente de la aeronave y los datos de los sistemas de a bordo como parte del procedimiento estándar tras este tipo de incidentes,' declaró un funcionario de seguridad aérea familiarizado con la investigación.
Contexto histórico y legado
El An-22 fue diseñado como un avión de transporte aéreo estratégico, específicamente para ampliar la capacidad de las Tropas Aerotransportadas Soviéticas para aterrizar con sus entonces nuevos vehículos blindados BMD-1. Su bodega de carga podía albergar cuatro BMD-1 en comparación con solo uno en el más pequeño An-12. El avión estableció 41 récords mundiales durante su historia operativa, lo que demuestra sus notables capacidades.
Con su capacidad para despegar desde pistas primitivas, sin pavimentar y cortas, el An-22 desempeñó un papel crucial en las operaciones militares soviéticas y en misiones humanitarias. Su robusto tren de aterrizaje y su sistema único de ajuste de presión de neumáticos (en los primeros modelos) lo hacían excepcionalmente versátil para operar en entornos desafiantes.
Este trágico accidente sirve como un sombrío recordatorio de los riesgos asociados con la operación de material militar antiguo y el costo humano de mantener flotas obsoletas más allá de su vida útil prevista. Mientras Rusia continúa dependiendo del material de la era soviética, es probable que las preguntas sobre seguridad y sostenibilidad persistan en los círculos de aviación militar.
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