Redes criminales roban aceite de fritura usado en Alemania
Grupos de crimen organizado en Alemania han descubierto una actividad criminal inesperada pero lucrativa: el robo de aceite de fritura usado de restaurantes y puestos de comida rápida, para luego contrabandearlo a través de la frontera hacia los Países Bajos para su reventa ilegal. Según informes del programa de noticias alemán Die Tagesschau, estas redes criminales irrumpen en patios traseros de bares y restaurantes de comida rápida, vierten el aceite usado en bidones vacíos o roban barriles enteros con grasa residual.
'Esto ya me ha costado 40.000 euros este año,' dijo un empresario de reciclaje a Tagesschau. A nivel nacional, se estima que los robos ascienden a millones de euros al año, lo que supone una carga financiera significativa para las empresas legítimas de reciclaje.
El Lucrativo Mercado Negro del 'Oro Líquido'
El aceite de fritura usado ha pasado de ser un residuo de restaurante a un producto comercial valioso, especialmente desde que la invasión rusa de Ucrania hizo subir los precios del petróleo. Normalmente, las empresas de hostelería venden su aceite usado a empresas de reciclaje que lo procesan para convertirlo en biocombustible. La venta de 1.000 kilogramos de aceite procesado genera unos 900 euros, lo que lo convierte en un objetivo atractivo para empresas criminales.
El precio del aceite de fritura se ha duplicado desde el inicio de la guerra, según expertos del sector. 'El aceite de fritura se ha encarecido,' explica Frans van Rooij de la asociación holandesa de frituras ProFri. 'Desde que comenzó la guerra en Ucrania, el precio ha subido enormemente.' Este aumento de precio ha convertido lo que antes se consideraba un residuo en lo que algunos llaman 'oro líquido'.
Operación de Contrabando Transfronterizo
Lo que hace que esta actividad criminal sea particularmente notable es su carácter transfronterizo. El aceite robado se contrabandea desde Alemania a los Países Bajos, aunque las razones exactas de este movimiento transfronterizo siguen sin estar claras. Un empresario de reciclaje que habló con medios alemanes ha tomado medidas equipando los barriles con los que transporta el aceite con sistemas de seguimiento por GPS. Su investigación mostró que el aceite robado termina consistentemente en los Países Bajos.
Frans van Rooij duda que la grasa alemana robada se revenda legalmente en los Países Bajos debido a una regulación estricta. 'Las empresas que recogen y procesan el aceite usado también deben registrarlo,' afirma. 'Realmente no pueden aceptar aceite robado así como así.' Añade que no ha recibido informes de empresarios holandeses sobre aceite robado, lo que atribuye a normas holandesas más estrictas que requieren que los contenedores de residuos se almacenen de forma segura y se cierren.
Un Problema Europeo en Crecimiento
Aunque inicialmente parecían incidentes aislados, las autoridades alemanas ahora reconocen esto como un problema nacional que afecta a varios estados federales. A pesar de la presión de los ministros de justicia estatales, aún no se ha tomado ninguna acción nacional para abordar los robos. Esta falta de respuesta coordinada ha permitido que las redes criminales operen con relativa impunidad.
El fenómeno no se limita a Alemania. Según el informe sobre crimen organizado de Europol 2025, las bandas criminales en toda Europa se están enfocando cada vez más en productos alimenticios de alto valor y materias primas. Se han reportado robos similares de aceite de fritura en el Reino Unido, donde bandas criminales atacan pubs y supermercados en operaciones organizadas.
Las Reglas Holandesas Ofrecen Protección
Los Países Bajos parecen verse menos afectados por este tipo de delincuencia, en gran parte gracias a una regulación más estricta para el almacenamiento y procesamiento del aceite usado. La policía holandesa confirma que registra robos, pero no lleva un registro específico del robo de aceite como categoría separada. 'Pero me atrevo a decir con casi un 100% de certeza que el robo de aceite de fritura no ocurre en los Países Bajos,' declaró un portavoz policial.
El marco regulatorio en los Países Bajos requiere una buena documentación y seguimiento del aceite usado desde su recogida hasta su procesamiento. Esto crea un rastro de papel que dificulta que el aceite robado entre en la cadena de suministro legítima. Además, los contenedores de residuos deben almacenarse de forma segura y estar cerrados, lo que proporciona barreras físicas contra el robo.
Implicaciones Más Amplias para la Industria de Biocombustibles
El robo de aceite usado tiene implicaciones que van más allá de la actividad criminal. La industria de biocombustibles depende de un suministro constante de aceite usado para producir biodiésel sostenible. Las interrupciones en esta cadena de suministro pueden afectar la disponibilidad y el precio de los biocombustibles, que son cada vez más importantes en la transición de Europa hacia fuentes de energía renovables.
Tanto Alemania como los Países Bajos están implementando cambios de política que podrían reformar la demanda europea de biodiésel, según análisis recientes del mercado. Alemania planea poner fin al doble cómputo para biocombustibles avanzados en su sistema de cuotas de gases de efecto invernadero a partir del 1 de enero de 2026, mientras que los Países Bajos tratará ciertos tipos de biodiésel de manera diferente para el transporte marítimo frente al terrestre bajo la próxima implementación de la Directiva de Energías Renovables (RED).
Estos cambios de política se producen en medio del aumento de los precios del biodiésel, con algunas variedades subiendo entre $40 y $42 por tonelada métrica en las últimas semanas. El robo criminal de la materia prima del aceite de fritura podría complicar aún más un mercado ya dinámico.
Perspectivas: Soluciones y Desafíos
Abordar esta empresa criminal emergente requiere una acción coordinada entre las autoridades alemanas y holandesas, así como la colaboración con las industrias de reciclaje y biocombustibles. Algunas empresas ya están tomando medidas proactivas, como instalar seguimiento por GPS en los contenedores de aceite y mejorar la seguridad física.
Sin embargo, el carácter transfronterizo de la delincuencia conlleva desafíos jurisdiccionales. Las autoridades alemanas deben desarrollar una respuesta nacional coordinada, mientras que los funcionarios holandeses deben permanecer vigilantes para evitar que su país se convierta en un mercado para bienes robados. Las asociaciones del sector abogan por una mejor tecnología de monitoreo y sanciones más estrictas para lo que tradicionalmente se trataba como delincuencia menor pero que ha evolucionado hacia un fraude organizado de materias primas.
Como señaló un empresario afectado: 'Lo que comenzó como incidentes aislados se ha convertido en una operación criminal sistemática que le cuesta millones a las empresas legítimas.' La solución requiere no solo acción policial, sino también colaboración industrial y posiblemente ajustes regulatorios para proteger este producto cada vez más valioso de la explotación criminal.